miércoles, 8 de junio de 2011

Lo más importande de las mañanas...

     Cuando la vigésima cuarta vuelta en la cama me vuelve a ahorcar con los cables de los auriculares del Mp4, que en estos momentos tengo marcado a fuego sobre mi costado derecho, y un ligero vistazo al radio-despertador digital me indica que el día esta a punto de cumplir su primer cuarto y mitad (de la misma forma que  pedíamos el chopped en el colmado de Alfonso cuando era pequeño...jeje...ahora se pide por gramos 100, 250 e incluso 375 gr, por favor ) el pistoletazo de salida para afrontar un nuevo día se ha dado. Antes de calzarme las zapatillas, para salir a correr y expulsar a los demonios forjados en la noche, o de enjuagarme la cara con agua fría, sea invierno o verano, o de cepillarme los dientes o incluso de evacuar mi primera micción, mi primera acción es acercarme a la habitación de mis hijos y ver que están plácida y sonoramente dormidos, con la pierna sobre el jergón el grande y con la cabeza bajo la almohada, y Pato, Pollito y Curro flanqueando su esparcida figura sobre las arrugadas sabanas de Bob Esponja el pequeño, me sonrió, los coloco, les arropo, les beso y me marcho, y tu, lector, esperando grandes hazañas. Pues lo son, solo que no las valoramos por la gran cantidad de alegría con la que nos recompensa....

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