domingo, 23 de octubre de 2011

- Sintonía adolescente -

Cancion "Brother in arms" 
del Album de Dire Straits "Brother in Arms" de 1985
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         Cuando una canción atrapa un instante de tu vida, si la razón de ser fue negativa, el estomago se vuelca y hace requiebros como el caballo del rejoneador frente a un toro bravo, pero cuando se trata de aquel grupo musical que se fundió en los enloquecidos dias de tu adolescencia, los flashes del pasado se condensan en la retina, imponiendo una imagen, una y otra vez. El corazón bombea con mas rapidez, la boca se reseca, tu sonrisa se despereza y comienzas a escribir.
         La botas repletas de barro golpearon el tronco humeante de la fogata para evitar que prendiese más, la cerveza fría, recién sacada del  hielo, el envase de cristal chorreando, los pelos revueltos, y como siempre la gorra. Sus pisadas sorprendían por su seguridad, como sus enormes risotadas por su frescura. Chascarrillos, chistes  y ocurrencias, el olor a mariguana y el librillo de "smoking" prendido del bolsillo trasero de sus roídos y pestilentes vaqueros.
         Aun había melena, o mejor dicho, era su mejor momento. Esplendorosa y castaña, ennegrecida por el sudor, se derramaba débilmente sobre sus hombros y frente a sus ojos, en un flequillo partido, como la moda indicaba, aunque casi cerrado por el efecto enloquecido de la fiesta, evitando el contacto directo de sus ojos con el exterior.
          Se sentó al pie del olivo más cercano, o era encina, o carrasco, que mas da;  bosque bajo de la sierra de Siles. En aquel momento apareció. Vaqueros ajustados de pitillo, botas de piel con flecos, marrones o beige, o eran beige pero parecían marrones. Sonrisa clara y tímida, adornada con un lunar y dos pequeñas pecas en la mejilla derecha, rizos y ojos pequeños, negros y achinados, huidizos y asustados, pero que hoy brillaban cada vez que se cruzaban con los suyos. Se sonreían y se veían envejecer juntos, se miraban y sin hablarse se prometían el cielo, se hablaban y callaban los sentimientos, se reían y apagaban la pasión. Eran impertinentemente jóvenes y disfrutaban de ello, fue su tiempo, sus días, sus recuerdos, su primer amor.
          Enterraron sus palabras con decenas de errores, abrieron sus corazones destrozando sus heridas. Y crecieron, y se alejaron, y construyeron sus mundos por separado y hoy son felices, el por lo menos si. Y el sol nace intenso y se esconde en las sombras de los arboles del viejo rincón olvidado, donde por un día fueron el centro de un mundo que ellos no habían creado, que les fue regalado con el cariño del entorno que les acogió, demostrando pleitista a los dueños de aquel instante, donde sus manos formaron su existencia, sus besos forjaron sus destinos, sus risas encontraron la paz que el mundo y la inexperiencia les había negado hasta entonces y  aquel momento lo hicieron suyo.
          Alguien interrumpió el instante agitando con suavidad un porro entre sus miradas que acercaban peligrosamente sus labios. Se sonrieron, uno de los dos grito una reprimenda con inusitada gracia y todos los amigos comenzaron a reír.
          Aquel día fueron lo reyes de la fiesta, como en las películas americanas, pero oliendo a humo, a paella y a cerveza barata, mientras en el aire sonaba pausadamente el éxito del momento...                                 ..... " Brother in arms" de Dire Straits.

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