martes, 27 de diciembre de 2011

EL GRAN REGALO

         El ruido se silencio, el bullicio anterior se disipo. Los pasos de sus padres se perdieron por el pasillo, mientras la tos de su abuelo se fundía con la monótona sintonía televisiva del programa matinal de turno.
       
        Se sentó en la alfombra del salón, con las piernas cruzadas, silencioso, pensativo. Aun con el pijama de los dibujos animados de la temporada,  escondiendo personajes bajo el sobaco, sobre los hombros y en las mangas gastadas de la chaqueta.
       
        Como si de un jovencisimo "pensador" de Rodin se tratase, apoyo deliberadamente el codo sobre sus magulladas rodillas, y miro, remiro y volvió a mirar. Su cara circunspecta analizaba dentro de la medida de lo posible el objeto que tenia frente a él.
       
         Titubeo unos instantes antes de alcanzarlo con sus pequeñitas manos.

         Como pudo lo atrajo hacia si. Pesaba. No hacia mas de 10 minutos que le habían descrito, desmembrado, explicado y analizado todos los pormenores del aparato en cuestión, envuelto en unos -"es el mejor del mercado"  y -"el encargado del local me dijo que era lo último" o - "el otro día, leía en la prensa que era lo mejor para la infancia" con los que su padre sentenciaba que el esfuerzo que hacían para que el lo pudiese tener, era portentoso, por tratarse del ultimo modelo.
       
        Lo palpo, sintió el suave tacto metálico del exterior. Pero noto que era frió. Lo coloco sobre su regazo y lo volvió a contemplar. Instintivamente lo golpeo ligeramente con la palma abierta de su mano izquierda en el costado. Se desplazo hacia su pierna derecha como respuesta de física elemental . Nuevamente le aporreo con su mano derecha en el lado opuesto, ahora cayo a la alfombra.
       

         Se levanto y alcanzo a Mr. Bob de la despeluchada oreja. Lo miro fijamente y le comento:
       
          - "Mr. Bob, mi Papá me ha dicho que voy teniendo edad de utilizar ese aparato y que ya no me divierto contigo.
          Pero creo que mi Papá se esta equivocando porque contigo me lo sigo pasando muy bien, aunque él no nos ve de reír por la noche escondidos en la cama o las tardes enteras sentados detrás del sillón.
         Pero mi Papá dice que ya soy mayor para que mi mejor amigo tenga las orejas tan grandes y tan sucias, aunque a su jefe, le salen unos enormes pelos negros de las orejas, y yo no le he dicho que ese señor no tiene que ser su ¡mejor jefe!
         De todas maneras le he dicho, gracias  por el regalo que me ha traído Papa Noel, como me dijo el abuelo que siempre hay que contestar cuando te dan un regalo, aunque yo le había pedido a Mrs. Patt, que sabia que te iba a hacer ilusión y así cuando yo utilizase "eso" tu podrías charlar con ella.
        Bueno, venga, vamonos Mr. Bob, que hasta que no cumpla 6 años no quiero ser mayor."

         Giro sobre si mismo y tirando cariñosamente de su sufrido amigo se marcho hacia su habitación, mientras una risa burlona recién aparecida en el muñeco, se mofaba inocentemente de aquella cantidad de tecnología punta abandonada inmisericorde bajo el árbol de navidad, a espera de que el tiempo transcurriese y su padre hiciese buen uso de él.

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