jueves, 14 de marzo de 2013

- Ya que estamos, mejor asi -

Campo manchego  por  ©Huertas'12



          El potente sol manchego se dejaba caer sin compasión sobre las curtidas espaldas de los dos jornaleros.

          Los amplios sombreros de paja, bien afianzados en sus honrosas cabezas, proporcionaban una inexistente frescura ante la insolación de un verano cualquiera de estas áridas tierras castellanas en el cenit de la mañana.

          Lorenzo, el más bajo de los dos compañeros, que no el astro rey, como por aquellos lares era conocido el magnánimo Sol, alzo el cuerpo encorvado,  dejo el pico apoyado en la pared de la enorme zanja que estaba cavando y mientras secaba la transpiración de su frente con el dorso de la mano y estrujaba inmediatamente  el pañuelo de hiervas que cubría su quemado cuello, miraba impasible a su compañero mientras le solicitaba el botijo repleto de fresca agua, que mantenía Rodolfo a buen recaudo en la sombra norte de la obra a realizar.


          - Habrá en la vida cosas que no entienda, pero lo tuyo me trae de cabeza- Vociferaba el pequeño Lorenzo mientras subía el recipiente arcilloso sobre su cabeza para aplacar la imponente sed que le acaecía.

         - Pues tú me dirás que te trae con tanta inquietud, amigo Loren - Le contestaba con total parsimonia el impasible Rodolfo.

         - ¿Como puede ser que siendo el terreno tan duro, tan pedregoso y el sueldo tan exiguo, tengas la zanja tan bien definida, con sus paredes tan firmes y cuadradas y siempre emitiendo ese especie de tono musical que emites nasalmente mientras trabajas?

         - Siempre estas a la gresca querido amigo. Las cosas son mucho mas sencillas de lo que perecen. El trabajo lo tengo que realizar, la opción la tengo tomada con todo lo bueno y lo malo que conlleva, solo me queda intentar disfrutar de lo que hago, mantener el animo alto e intentar hacer mi tarea lo mejor que sepa. Ya que lo tengo que realizar, lo efectuaré lo mejor que sepa y gastare mis energías en realizar el trabajo que me ha tocado. Quejarme, cuando vea volver a perder a mi querido equipo de futbol en el bar. Lo de silbar,  lo siento, un mal congénito familiar - contestaba esbozando una sus mejores sonrisas. 


        Lorenzo, se rasco la cabeza al paso que aireaba la azotea levantando durante unos segundos el sombrero, cual torero la montera para hacer un brindis, y produciendo una mueca, intentado confeccionar algo perecido a una sonrisa, le volvió a espetar - Desde luego eres único amigo. Los vinos en la tasca de esta tarde los pago yo - Y comenzando a realizar algo similar a un gorjeo, prosiguió con su ardua tarea comprendiendo que cada uno, estemos donde estemos, nos toque lidiar lo que nos mande el destino, si intentamos hacerlo con pasión, con entusiasmo y con serenidad conseguiremos lograr hacer mas llevaderas nuestras faenas e indiscutiblemente con mejores resultados.