domingo, 8 de diciembre de 2013

"El Secreto", de Sandra

       

          El radiante sol  de un fantástico día otoñal, aun de diciembre, se había ocultado hacia varias horas. Mientras íbamos pasando a casa, las risas, las bufandas, los abrigos y los chillidos de casi una decena de críos se adueñaban de la vivienda. Carreras arriba y abajo inundaban mi hogar con bromas y voces constantes. Me abría una de mis cervezas especiales para los sábados, mi mujer y los amigos se sentaban al rededor del televisor mientras ojeaban los Dvd disponibles para poder ver mientras cenábamos. Alguien puso el equipo de música y eligió una de mis últimas adquisiciones, Lindsey Stirling, virtuosa del violín que había descubierto hacía unos días mientras buscaba melodías exclusivas con tal dificilísimo y bello instrumento. 

          Ya en la cocina comencé metódicamente a preparar y alinear todos los ingredientes para comenzar a elaborar, con mas cariño que arte culinario, mis hamburguesas especiales para todos los comensales.

         Hamburguesas de pollo, de mi buen amigo Deme el carnicero, recién hechas por este esa misma mañana, para la mayoría de los comensales, y varias de carne de ternera para los más carnívoros del grupo. Cebolla, york, especias, queso, tomate ... la encimera iba tomando una tonalidad multicolor gracias a todos los ingredientes que tomaban parte de mis devotas y apreciadas hamburguesas.

          La cerveza escanciada sobre una de mis enormes jarras heladas comenzó a llamarme en el preciso momento en el que la espuma comenzaba a pavonearse en lo alto de la pinta donde estaba depositaba. Moje mis bigotes en el exquisito jugo de los Dioses y cuando me disponía a relamer el sobrante depositado en el mismo, mi Blackberry sono melodicamente avisándome de una mención en twitter.

          Con una sonrisa en los labios me asome al móvil esperando encontrarme con alguna ingeniosa o cariñosa ocurrencia de PalPal, pero en su lugar me halle ante la simpática llamada de atención de Sandra (@TreintaY), que desde su atalaya bloguera, pues acababa de recibir el merecidisimo premio al mejor blog particular desde la plataforma de @bitácoras, me solicitaba mi foto en deuda con ella.

          ¿Que le debía una foto? Os preguntareis. Pues si, así era. 

         La mañana del pasado lunes, antes de preparar mi jornada laboral, leía mis correos, ojeaba el twitter, me paseaba por el Linkedin como una mañana más, me asomaba a las oportunidades laborales después de repasar mis lecciones de Ingles on-line, cuando repare en una historia en la pagina recién añadía a mis "me gusta" de mi Face , "TreinaY" ,añadida el pasado domingo, ante mi bloguera curiosidad por haber sido su realizadora acreedora,  como antes comentaba, de un envidiable premio en las redes.  

        El ocurrente tema de hoy versaba sobre la verídica relación de su creadora con la teoría del libro "El Secreto" y tal fue la coherencia de sus palabras y la fantástica descripción de su experiencia con la teoría de la proyección de la positividad en la vida para llegar hacia alguna meta determinada, que no tuve más remedio que trascurrida media mañana agradecerle con un tweet la providencial serie de acontecimientos que me habían llevado a su pagina para esa mañana poder disfrutar de una excelente jornada laboral y personal. Sin yo esperarlo contesto gentilmente a mi mensaje de agradecimiento con una animosa sorpresa y tras intercambiar varios tweets me comprometía como no podía ser de otra manera a crearme un foto-montaje donde visualizar el sueño personal y familiar que englobaría un conjunto de cuestiones que supondría un cambio de rumbo definitivo en mis maltrechos momentos laborales. Al llegar al atardecer a mi casa, comencé a rebuscar fotos personales, a navegar por Internet imaginando el sitio especial donde confluyera dicho sueño que me obligase a realizar el cambio definitivo en mi vida.

       Al acabar mi creación, mientras el pequeño de mis hijos me preguntaba extrañado a quien quería engañar con aquella composición, tras poner sobre la pizarra de imanes la foto-composición de mi familia con el fondo de un lugar muy entrañable para todos nosotros, me sonroje al no saber que contestarle coherente  y de fácil comprensión para la mente de un pequeñajo y a la vez discurria en como enviar dicha imagen a mi nueva y querida influencia vital, a la que a partir de ahora llamaremos amiga, sin poner en peligro mi intimidad, debido a  que soy  muy prudente con la difusión de imágenes personales con mis pequeños. Pero era ella, con su frescura habitual (por lo que he deducido en su manera de desenvolverse en su blog) la que mientras me disponía a realizar la cena para mis invitados, su prole y mi familia, me recordaba  amablemente mi deuda pendiente con mi destino y su curiosidad. Como mi menester era la elaboración de mis opíparas y suculentas hamburguesas, la emplazaba a la mañana siguiente donde tras realizar mi salida matutina y dominical de running enviarle dicha fotografía, tras la imperiosa solicitud de no desvelar dicha imagen bajo ningún concepto apelando a su cautela y temprana amistad.

         Una vez despedidos a mis agradecidos comensales, pues mañana varios de ellos formaríamos parte de la partida de corredores que nos daríamos cita en la gélida madrugada para sumar a nuestras doloridas piernas algo más de 15 kilometros,  me acerque a la ventana de mi blog, para dejar plasmado el entrañable suceso que quería compartir con todos.

         El desenlace del discurrir de  los acontecimientos de esta peculiar experiencia, os iré dando cuenta de ellos siempre y cuando sean de mi agrado y beneficiosos para vuestros oídos.

       Pero antes de coger un libro con el que sacudir mis ideas para ir a dormir y poder relajar mi azarosa mente, un gracias sincero plasmado con esta entrada en mi blog por su irrupción positiva en mi vida a Sandra Broa (@TreintaY)
     
        

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